En las garras de los acosadores cibernéticos
Por Ricardo
Miranda Rodríguez
Durante la pasada semana se estuvo hablando
acerca de la muerte de una joven por causa de comentarios publicados sobre
ella en la página “Gossip Girl”. Esta es una de las tantas páginas que circuncidan en las redes sociales como "spot" de revelaciones sobre las intimidades de otros. En este tipo de página se publican
comentarios y fotos de jóvenes de diferentes partes de la Isla. Ya sean cosas
que nadie sabe de la persona, hasta cosas que la persona hace en su vida
personal que no le conciernen a nadie u otras que se inventan con tal de denigrar a la persona. Esta nueva manera de llegar a la
juventud se ha hecho muy famosa. y cada vez estas páginas están tomando más auge, extendiéndose a más y más escuelas.
El acoso en Puerto Rico ha llegado a tal extremo, que ya no basta con crear páginas falsas sino que se crea una en donde se habla de todo el mundo, o sea, todo el mundo lo ve. Estas páginas se prestan para molestar, humillar, y burlarse de cualquier joven que haya sido escogido como carnada. Ya no basta con molestar físicamente, sino que publican tu vida y tus intimidades. Y si no haces nada mal, hasta se inventan cosas para molestarte. El problema es que lo que tal vez empieza como una forma de "entretenimiento" o vacilón, causa gran dolor y vergüenza a los que son el blanco de las burlas. Muchos no tienen la fortaleza emocional, ni son capaces de ignorar los comentarios que se
hacen sobre ellos. ¿Lo peor? Que mientras cada día pasa cualquier joven puede
aparecer en este tipo de páginas.
Estas páginas son manejadas por
administradores que casi nadie sabe quiénes son, por lo que es muy difícil
reportarlos. Los mismos hacen comentarios amenazadores como: "Cuídense, puedo estar entre ustedes" entre otros. De igual forma, así como las personas que aparecen en la página desconocen de
la identidad del administrador, los padres de estos jóvenes desconocen de la existencia
de la página y de que sus hijos pueden aparecer en ella. Hoy en día los niños y jóvenes tienen acceso libre al internet. Los padres le compran celulares con data e internet y no piensan en las
consecuencias que esto puede traer. En su gran mayoría, los padres no saben cómo realmente funcionan las redes sociales ni el mundo al que sus hijos pueden adentrarse. Cada día hay alguna situación de cyberbullying, pero los
padres ignoran de la versatilidad de las redes y de la frialdad con la que muchos la utilizan.
En las redes sociales se infiltran
millones de personas con diferentes intenciones. Y mientras los padres no supervisen a sus hijos, simplemente sus hijos estarán expuestos a cualquier actividad. Este acoso es tal vez más peligroso que el clásico acoso escolar. Este puede ser silencioso y muy difícil de notar. Tan es así, que la pasada semana una joven se suicidó por comentarios hacia su persona a través de una red social. Casi siempre se conoce del mismo cuando la víctima ha tomado decisiones extremas ante la impotencia del acoso. El uso de las mismas muchas veces va destinado a lograr popularidad, a tener más amistades y a ser parte de lo que está "in". Es obvio que cuando un joven se encuentra con comentarios dirigidos hacia su persona que le ganan ataques y ofensas, su reacción sea de desesperación. Estos tampoco saben hacia dónde dirigirse ni hacia dónde buscar orientación. Los padres deben
monitorear lo que sus hijos hacen en el internet y siempre estar pendientes del lenguaje no verbal de los mismos. Un gesto muchas veces dice más que mil palabras, y el día menos pensado cualquiera puede caer en las garras de la frialdad y crueldad de aquellos acosadores cibernéticos.