Por Arianna Montes
Sabemos que el cyberbullying existe porque a lo mejor nos ha sucedido en algún momento o tal vez conocemos de alguien que ha sido un bully u otra persona que tristemente ha sido víctima de alguno. Pero, ¿de verdad conocemos lo fatal que puede ser este acto?
El cyberbullying es la publicación electrónica de mensajes acosadores y odiosos a una persona que usualmente son anónimos. Hay veces que el cyberbullying termina cuando la víctima o algún familiar denuncia el suceso. Otras veces la víctima se queda callada pero alguna persona cercana nota que su comportamiento ha cambiado y la persona afectada anda más depresiva que nunca. Asimismo, hay casos en los que simplemente el daño se hace y nadie se compadece de las víctimas. A partir de esto las consecuencias son fatales, literalmente. Para comprender más a fondo algunas de las consecuencias del cyberbullying se dataran algunos casos.
Solemos pensar que el cyberbullying se da entre estudiantes de escuela intermedia y superior solamente, pero este no fue el caso de Tyler Clementi. Tyler era un estudiante de primer año en Rutgers University que le gustaba mucho tocar violín. Un día publicó en su página de Facebook que se iba a lanzar de un puente cercano y murió alrededor de diez minutos después. Tyler fue acosado a raíz de un vídeo que revelaba un encuentro sexual con un hombre. El mismo fue tomado por su amistades y se regó entre estudiantes de la universidad.
Otro caso es el de Jessica Logan, una senior rubia de Ohio que se suicidó luego de enviarle a su novio una foto de ella desnuda. Cuando la relación terminó, su exnovio le envió la foto a todos sus contactos de la escuela y estos la acosaron por meses. Sus notas bajaron y por un tiempo paró de ir a la escuela. Llegó a contar su historia en un programa de televisión con el fin de concienciar a los adolescentes para que no cometieran los mismos errores que ella. Varios meses después asistió a un funeral de un amigo y cuando regresó del mismo, se suicidó guindándose de su closet.
Por su parte Sarah Lynn Butler fue una chica de tan solo séptimo grado que era bastante popular. A pesar de esto, a menudo le enviaban mensajes de acoso por la red social MySpace diciéndole lo "rapidita" que solía ser. Su mamá verificaba su página y se dio cuenta de los mensajes, pero su hija la borró de su lista de amigos. Una mañana, su familia no estaba en la casa y Sarah abrió la cuenta de MySpace, donde leyó mensajes que decían que se suicidara: nadie al fin la extrañaría. No pudo aguantar la presión y la humillación de los crueles mensajes de sus supuestos compañeros y se suicidó.
Nuevamente, la orientación sexual viene a ser punto de discusión en el caso de Kenneth Weishuhn. Este era un estudiante homosexual de noveno grado que se quitó la vida luego de ser acosado en la escuela, en las redes sociales y hasta por teléfono (por donde recibía amenazas de muerte). Sus compañeros de clase llegaron a crear un grupo anti-gay para criticarlo hasta más no poder. Lo más impactante de todo es que los mismos que lo llevaron al suicidio eran sus amigos -antes de que él admitiera su orientación sexual-.
La red social de MySpace vuelve a ser cómplice de la falta de tolerancia. Rachel Neblett era una jovencita que constantemente recibía mensajes electrónicos de acecho por MySpace que eran de naturaleza terrorista. Le llegaron a decir una vez "No pienso ponerte en el hospital, sino en la morgue". Sus padres intentaron tomar acción quejándose con la administración de la escuela: era obvio que su acosador era cercano a ella y estudiaba ahí. Rachel no podía vivir sintiéndose tan amenazada por lo que se quitó la vida luego de recibir el mensaje.
Uno de los últimos casos que más ha llamado la atención lo fue el de Amanda Todd. Tal vez porque el mismo fue a través de las mismas redes sociales que se difundió ante la falta de tolerancia, abuso, humillación y frialdad. A su vez, la misma víctima fue quien decidió contar su historia a través de un vídeo un mes antes de suicidarse. Cuando Amanda estaba en séptimo, conoció a un hombre mayor por las redes sociales. Este le pidió que le enviara una foto de ella desnuda y le habló hasta convencerla. Un año después el hombre reapareció en las redes y le pidió que a través de la "webcam" le modelara desnuda y que si no lo hacía publicaría la imagen que tenía desde hacía ya un año. Él conocía todo acerca de sus amistades y su vida: pronto las fotos estaban por todas partes. Cuando el bullying comenzó, Amanda sufrió de depresión, ansiedad y comenzó a beber y drogarse. Un año después, decidió comenzar de nuevo en otra escuela con otros amigos, pero pronto el hombre creó una página en Facebook con la foto de ella desnuda. Esto se regó entre sus nuevas amistades que comenzaron a ignorarla y a llamarla por nombres soeces constantemente. Amanda comenzó a hacerse daño a ella misma: cortándose... Nuevamente, cambió de escuela y en esta coqueteó con un chico que le gustaba. El chico tenía novia, pero ella no lo sabía. Pronto, llegaron "amigas" de su escuela anterior y la golpearon -una detrás de la otra- mientras otras personas grababan el acontecimiento. Su padre la encontró en el suelo y la llevó a la casa, donde Amanda intentó suicidarse tomando cloro. Su familia decidió mudarse por última vez, pero Amanda seguía en terapias, deprimida y provocándose heridas. Poco después, publicó un vídeo contando toda su historia a través de papeles, y un mes después se suicidó.
Lo peor...estos son solo seis casos de cyberbullying. En los Estados Unidos, uno de cada tres adolescentes ha sido víctima de acoso por las redes sociales o por mensajes de texto. Existen muchos casos y pueden ser hasta peores de los que se ha mencionado. Contar estas historias sirve para que se reconozca la gravedad de este asunto. Tal vez es inverosímil creer que hay personas capaces de tales actos o que comentarios calen tanto en la psiquis de las personas. ¿Qué lleva a una persona -sin importar la edad- llegar a ser tan frívolos para actuar de esta manera? Las respuestas serían interminables y discutibles, pero sin duda la falta de tolerancia, empatía y deterioro en los valores pueden ser solo algunas de las razones. Así que, hay que estar pendiente del giro que las redes sociales están tomando, y es de los padres ser responsables en ver qué su hijo hace frente a una computadora, parece que el acceso al internet se está convirtiendo en la nueva arma de nuestros tiempos.
A continuación el video de Amanda Tood:
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