¿Qué
hacer como padre ante un caso de 'bullying'?
Por
Nicole Andrea González
Día a día una gran cantidad de
padres comparten un sentimiento de desesperación porque no saben cómo ayudar a
sus hijos que a diario sufren o están sujetos a ser víctimas de bullying. Muchos de estos buscan orientación luego de que la situación ya está fuera de control y tal vez no
tengan la confianza necesaria con su hijo para saber o entender lo que realmente está sucediendo.
La
confianza es la clave... El que un niño o adolescente no tenga problemas en dialogar sus asuntos personales con sus padres hace menos probable que llegue a ser
víctima del Bullying y si lo llegará a ser, sería un poco más simple el poder
ayudarlo. Esto se debe a que hay padres que trabajan todo el día o tienen
algunas situaciones personales y no les dedican el tiempo suficiente a sus hijos. Por esto,
es muy importante sacar tiempo para los hijos y saber qué es lo que ocurre en
sus vidas. Dependiendo del desarrollo de estos, sus preocupaciones y la forma en cómo exteriorizan sus emociones es que muestran ciertos tipos de sentimientos. Algunos podrían estar pasando por situaciones horribles, sin alguien de confianza con quien hablar. Los padres pueden pensar que su hijo, al bajarse del carro, no tiene ningún problema y que todo está bien; mientras que por el contrario el niño o joven pueda estar luchando tremenda batalla. Ya de por sí, los jóvenes se preocupan por exámenes y trabajos escolares, pero ellos también tienen que enfrentar
burlas, críticas, empujones y otros actos del bullying de parte de sus propios
compañeros. Si el niño o joven confía en sus padres es muy probable que le
cuente lo que le sucede y entonces juntos podrían bregar la situación antes de
que se salga de control. Una víctima del bullying que no confíe en nadie y
quiera enfrentar la situación por su cuenta, no podrá manejar las emociones ni los temores que la situación crea. Los padres
probablemente se den cuenta cuando ya su hijo esté sumergido en una depresión y es entonces, donde tal vez se les ha hecho muy tarde. Pero nunca es muy tarde para detener, o por lo menos,
controlar las situaciones que puedan desencadenar cualquier tipo de bullying.
En otros casos, donde si se está consciente de que su hijo sufre de bullying y no se sabe cómo tomar acción sobre la situación: tome un suspiro y piense positivamente. No corra a donde su hijo a obligarlo que le
diga todo lo que le ocurre o a cambiarlo de escuela. Se debe mostrar empatía pero una que no provoque más tensión en su hijo. Si le ofrece de su tiempo
para charlar y hablar de lo que ocurre quizás le mencione algo, pero la
confianza no se desarrollará de la noche a la mañana: tenga paciencia... Todo es cuestión de ganar confianza con sus
hijos, que estos se involucren en actividades que les guste donde se relacionen
con personas sanas que no tengan intenciones de hacerle daño a los demás; hacerlos entender lo importante que son en la vida y que esas personas que les
hacen la vida imposible, no valen la pena. Podría cambiar a su hijo de escuela
pero la situación puede ocurrir en cualquier otro lugar. Como padre, entre las muchas cosas que se les enseñan a un hijo, una de las más importantes es saber defenderse (no violentamente), pero sí creando un atmósfera de seguridad y alta autoestima. Y esto se logra con amor, apoyo y confianza. El mejor psicólogo en la vida de su hijo es usted.
Si su hijo no sufre de bullying aún está a tiempo para fortalecer los vínculos filiares con este. Como padres y/o encargados hay que asegurarse de estar ahí: dedicando tiempo de calidad, conociendo su entorno, compartir con sus amistades, y sobre todo: SUPERVISIÓN. Todo esto le brindará la sabiduría necesaria para ayudar a su hijo a enfrentar sus problemas y a tener las herramientas de cómo manejar las distintas adversidades que la vida le presenta. Quizás su hijo le quiera decir algo pero si ve que no hay tiempo para él, o un interés genuino, será entonces muy peligroso. Mientras los hijos van creciendo hay que comenzar a darles cierta independencia, pues van desarrollando destrezas para convertirse en algún momento en adultos. Aún así esta libertad
debe ser controlada y supervisada para asegurarse que se estén encaminando por un buen camino: siempre teniendo a sus padres como guía.
“La clave es la
confianza con los hijos”
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